“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.” Antoine de Saint-Exupéry

El psicólogo Leon Festinger (1919-1990) desarrolló en la segunda mitad del S.XX la Teoría de la Disonancia cognitiva, que en relación al esfuerzo nos enseña que cuando emprendemos una actividad que supone un esfuerzo desagradable, aunque sea para obtener algo deseado, se produce lo que él denomina cierta disonancia cognitiva, cierta incomodidad. La persona intentará paliar esa incomodidad tratando de buscar coherencia. La manera de reducir esa disonancia y malestar es, en este caso, aumentar la valoración que se hace de esa meta deseada haciendo así coherente el esfuerzo.

Esto puede explicar cómo la gente que invierte dinero en terapias para dejar de fumar tenga más éxito o cómo la gente que se apunta a un gimnasio consigue rutina en su actividad física.

En sesiones de coaching escucho: Es que yo no valoro la buena comida, yo como lo que sea para sobrevivir; me da igual la relación con mi pareja; es que a mi me da igual el deporte; no me interesan las reuniones con amigos, etc…

Hoy quiero compartir contigo una estrategia que ha ayudado a muchos de mis clientes a vencer esa falta de valoración a lo que te gustaría valorar: Aumenta el esfuerzo de lo que quieres valorar y de esta forma aumentarás su valoración. Tan sencillo y a la vez tan complicado como esto.

Quieres valorar la buena y sana comida, procura poner esfuerzo en ello, ve a comprar prepara platos, elabóralos, dedícales tiempo y esfuerzo y para ti la comida de calidad y sana tendrá mucho valor. Lo mismo con tu familia, con tus relaciones, con el deporte, etc… Como bien sabía El Principito, no será la comida, ni tu físico, ni tus relaciones, sino el tiempo que les dediques, lo que las hará tan importantes.

Y ahora te toca pensar un poco… te invito a que te respondas:

  • ¿Qué es aquello que te gustaría valorar tanto como otros y no lo consigues?
  • ¿Cuánto tiempo le dedicas?
  • ¿Cuánto esfuerzo?
  • ¿Qué esfuerzo estás dispuesto a empeñar para valorarlo más?

Dedico este artículo a Eliecer López, gran amigo, gran persona y excelente profesional, con quien comparto la afición por el golf, uno de esos deportes que necesitan de un gran esfuerzo y que por ello, quien lo practica, lo valora tanto.