Erase una vez un alumno brillante, que durante los últimos cuatro años de su vida había dado lo mejor de si para sus compañeros y profesores en la Universidad de Cambridge. Corría el año 1665 cuando de repente, la Gran Peste llegó a sus puertas y se vio obligado a confinarse en su casa familiar de Woolsthorpe, en Inglaterra. Mientras estaba aislado, tuvo tiempo de aburrirse, reflexionar tranquilamente y experimentar. Ese año, quizá por casualidad, quizá por causalidad, descubrió la teoría de la fuerza de la gravedad gracias a la que transformó nuestra visión del cosmos y aclaró las leyes de cómo se mueven las cosas. Isaac Newton siempre será recordado como uno de los científicos más famosos de la historia.

Recurrentemente encuentro en mis sesiones de Coaching una frase: “No sé estar parado o parada sin hacer nada”. Suele seguir de un “me siento fatal”, “parece que estoy haciendo algo malo”.

Recuerdo hace años una conversación entre amigos, tomando un café que una compañera decía: Estoy aprendiendo a no hacer nada y no sentirme mal. Como padre, también escucho en ocasiones: “Papá, me aburro”. Y yo les suelo decir: “Enhorabuena”.

Y es que en la vida pre-pandemia, pareciera que teníamos que vivir al cien por cien, sin parar un solo segundo, y nunca nada era suficiente. Sin embargo, la historia de la humanidad y de las invenciones está llena de anécdotas que vienen de esos momentos de aburrimiento y contemplación, como el famoso EUREKA de Isaac Newton contemplando cómo caía una manzana del árbol.

Es posible que durante el confinamiento, como yo, algún día sintieras esta sensación de no estar aprovechando el tiempo y de tedio o aburrimiento. Pues como a mis hijos, te digo: Enhorabuena. Ojalá aprendas de esta situación y te  ayude a escucharte más, a permitirte no hacer nada y tener conciencia que, de esta forma, quizá tengas ese EUREKA que te haga, como a Newton, cambiar tu vida y la de muchos otros.

Y ahora te toca pensar un poco… te invito a que te respondas:

  • ¿Cuántos momentos de aburrimiento te permites a la semana?
  • ¿Cómo gestionas tus emociones ante el aburrimiento?
  • ¿Qué utilidad te podrían reportar esos momentos?

Dedico este artículo a mi amiga Loreto Sauqué,con quien tengo un grato recuerdo de conversaciones inspiradoras relacionadas con este noveno cambio de paradigma.