El tiempo que dedicaste a tu rosa es lo que hace que sea tan importante para ti” Antoine de Saint-Exupéry en El Principito.

Comencé en 2010 mi formación como Coach atraído por la novedad, por la curiosidad e incluso por la auto-aplicación de una metodología de ayuda y desarrollo de las personas. He de reconocer un escepticismo inicial en mis primeros pasos, al ver cómo se utilizaba la palabra “coach” para casi todo: Coaching para adelgazar, coaching con caballos, coaching para la salud, para el bienestar, para…

Recientemente he podido certificarme como Profesional Certificate Coach (PCC) por la International Coach Federation (ICF). Para ello he tenido que demostrar que cumplo con los siguientes requisitos:

  • Más de 125 horas de formación y entrenamiento en programas que cumplan con las competencias clave según ICF. En mi caso 252 horas.
  • Más de 500 horas de sesiones reales de trabajo, autorizadas por los clientes, que en mi caso suman a día de hoy 1.170 horas.
  • Enviar sendos audios de dos sesiones reales para someterlas a evaluación por un tribunal que determine si cumplo con las 11 competencias clave según ICF. Cumplido y superado.
  • Aprobar un examen conocido como CKA (Coaching Knowdlege Assessment), tipo test compuesto por 155 preguntas a resolver en 3 horas, con un mínimo de un 70% de aciertos. Completado y conseguido.
  • 10 horas de entrenamiento con un Mentor Coach para preparar la cualificación PCC. Cumplidas.

Y como en El Principito, es todo este tiempo el que ha hecho que el Coaching sea tan importante para mi.

ICF define el Coaching como un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo con clientes que inspira a maximizar su potencial personal y profesional.

Por eso hoy quiero declarar que “soy coach ejecutivo certificado por ICF en el nivel Profesional” como puedes comprobar en https://coachfederation.org/credentialed-coach-finder  y me siento orgulloso de serlo y honrar y respetar una profesión que me ha dado tanto y que ha ayudado a tantas personas a maximizar su potencial personal y profesional.

Dentro de tres años tendré que renovar mi certificación , para lo que tendré que volver a enviar documentación justificativa de mi trabajo, cumplir con 40 horas de formación continua acreditada y demostrar que cumplo con el código deontológico de la profesión. En comparación, desde 1996 soy licenciado en derecho y desde entonces hasta hoy, nadie me ha pedido que demuestre ni haga nada por certificar que sigo contando con esa titulación. Por tanto, que el Coaching no sea una profesión reglada, no significa que no existan reglas y que los clientes no tengan formas de encontrar garantías en el cumplimiento de unas normas éticas de la profesión.

Y ahora te toca pensar un poco… te invito a que te observes y te respondas:

  • ¿Qué cosas son tan importantes para ti?
  • ¿Qué pasaría si les dedicaras más tiempo?
  • ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a dedicarles?
  • ¿Cómo declararías tu identidad personal? Yo soy…

Dedico este artículo a los 409 clientes que han pasado por mis sesiones individuales de Coaching en estos nueve años, por su confianza y por permitirme con su autorización, acreditar mi trabajo.